Castillo

«Si uno no sabe historia, no sabe nada, es como ser una hoja y no saber que forma parte de un árbol».  Michael Crichton
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Pared del torreón del castillo

«A poniente del pueblo (oeste), sobre una loma, queda un resto de su fortificación, una torre del siglo XV…», según relato del patrimonio cultural de Aragón:

“De situación fronteriza con Castilla, En una fecha indeterminada, Cimballa se incorporó a Aragón, formando parte de la comunidad de aldeas de Calatayud, sesma del Río Ibdes. En 1367 Pedro IV de Aragón ordenó que se invirtieran parte de las primicias de su iglesia, en la reparación de sus muros y en 1373, una vez terminada la guerra con Castilla, se comisionó al baile de Aragón, Domingo López Sarnés, para que visitara personalmente las reparaciones que se habían hecho en sus defensas, en el castillo de esta población y otros de la comunidad, a la vez que ordenaba al procurador que emplease los 10.000 sueldos que había asignado para tal fin”. (Aurelio Cabañas Boyano).

 Pedro_III_el_Grande_en_el_collado_de_las_PanizasCastillo que, junto con el de Campillo, hacían frente al de Fuentelsaz; no se le conocen hechos históricos, aunque según Vicente de la Fuente, el castillo y villa de «Cenvalla», pertenecían entre 1139 y 1147 al conde Almerico, señor de Molina.
Parece ser que las ruinas de este primer castillo mandado hacer por Alfonso I El Batallador, durante la Reconquista, fueron reconstruidas posteriormente por Pedro IV en el siglo XIV.

Según dice la tradición oral de Cimballa, el castillo era una gran fortaleza con tres torres de vigilancia. Debió ser grande a juzgar por las dimensiones de su planta, unos 12 metros de lado por 15 m. de altura.

El modo de construcción consistía en sillares en las aristas y mampostería de sillarejo y piedra menuda en el resto, ligada con mortero de cal o calicanto.
Se encuentra asentado sobre una roca y su base está hecha de grandes  y sólidos sillares.

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El recinto inferior era de tamaño más grande, 2000 metros cuadrados, el superior sería de unos 1200 metros cuadrados. El camino para acceder a él se encontraba en el lado suroeste, atravesando un foso excavado en la roca, el cual, en una depresión de su interior, albergaba un aljibe de dos huecos.

Estaba protegido por un recinto ovalado que se extendía sobre la falda del monte, del que quedan algunos restos con obra de piedra sin mampuesto. En el lado que da al monte poseía un foso excavado en la roca.

La muralla iba perdiendo grosor a medida que ganaba en altura, de esta manera, cada planta tenía más espacio interior, por ello, el castillo se erigía en una planta tronco-piramidal.

Actualmente se compone de un paredón de mampostería sobre una roca, con grandes sillares formando su base, con almenas y aspilleras. El muro que queda en pie, debió de pertenecer a la torre mayor en el lado sur, de un edificio de base cuadrada. A ambos lados se adosan los arranques de las paredes contiguas, que apenas llegan a los 2 metros.

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Los restos de esta torre forman un muro en donde se aprecia su estructura formada por tres plantas más la terraza, la planta primera tiene cinco metros de altura y sus muros el doble de grosor (2 metros) y va decreciendo conforme alcanza altura. El techo de la primera planta se apoyaba en un rebaje del muro y estaba construido con vigas de madera de las que aún quedan restos empotrados.

En el lado este de la pared que queda en pie, se conservan unas escaleras de piedra por las que se accedería al interior de la torre.
En el lado norte, que da al recinto superior, el castillo tenía una especie de plataforma nivelada (10x2m.).

La segunda planta medía cinco metros de altura. Se aprecian dos vanos a modo de aspilleras, desiguales.

La tercera planta tiene tres metros de altura, también se cerraba con vigas de madera. Hay cuatro vanos, tres de ellos aspilleras, enmarcados por sillares y con gran abocinamiento interior, el otro sería para que entrase la luz a la estancia.

La terraza tiene dos metros de altura con almenas de un metro de anchura y medio metro de separación entre ellas. De las siete almenas se conservan cinco, aunque van deteriorándose y perdiendo su forma.

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Parte posterior de la pared del castillo

Entre sus restos se encontró cerámica celtibérica y medieval y abundantes trozos de tejas, además de bolas de piedra o proyectiles, utilizados en los asedios.
Es sabido que en el siglo pasado y acaso mucho antes, las piedras desprendidas del castillo y sus muros, han sido aprovechadas para construir otras paredes en parajes cercanos.

«La persona sin un conocimiento de su historia pasada, sus orígenes y su cultura es como un árbol sin raíces».  Marcus Garvey